Quantcast
Channel: lahoradelbagel
Viewing all 85 articles
Browse latest View live

CALDENI. Arderemos en las calderas del Infierno. Y habrá valido la pena.

$
0
0
CALDENI, C/València esquina Marina pared con pared con esa barra hacia el cielo llamada Bardeni.

La entrada de hoy es especial. Como pueden ver es un restaurante más caro de lo que suele aparecer por aquí porque celebrábamos una de esas ocasiones especiales con gente que vale mucho la pena y no era plan de irse a comer un bocadillo. Esta vez no porque ya deberían saber que hay tiempo para todo y ocasiones indicadas para cada cosa.
Era una noche especial y escogimos un local especial. No arriesgábamos mucho porque conocíamos previamente y de sobras la magna obra que nos esperaba dentro de ese local y teníamos plena confianza en ese joven chef amante de las emociones fuertes y de llamar a las cosas por su nombre. Dani Lechuga es un tipo de los que deberían marcar época. Es un tipo que vive fuera del circo y como un francotirador aparece para despertarte a base de hostias y genialidad sin que te lo esperes. Directo a tu estómago y a tu conciencia (síganle en Twitter, por ejemplo). Más sacrificio y menos pose. Desde una localización peligrosa por la cercanía a Guiriland, te espera, te sorprende y te gana para siempre. Lo que hace es una maravilla y así hay que decirlo. 

No nos estuvimos de nada y en el repaso no están todos los que fueron pero esta selección es más que suficiente para decirles claramente que vayan y no se arrepentirán. Y encontrarán uno de esos restaurantes para momentos en los que quieran quedar bien. Si consiguen que les inviten entonces ya sin dudarlo. 

Antes de nada avisar que para beber esta vez fuimos infieles a la cerveza artesana (que sí que ofrece en Bardeni) porque ya he dicho que íbamos a hacer daño. Y por eso cayeron unas botellas de Billecart-Salmon. Pero fue sin querer, lo juramos. Para acompañar tan magna bebida, unos cuantos platos que nos llevaron al éxtasis y a un conato de bacanal romana que fue abortada por los servicios de seguridad del restaurante.

Aquí el entrante cortesía de la casa, un slice de pizza crujiente tremendo. Lo que sería una porción de pizza revisionada y versionada en una oblea de pan cristal y crujiente espectacular. Tomate, orégano, masa.Empezamos bien y la cosa fue in crescendo.
El Steaktartar de Angus del Caldeni o Bardeni es uno de los mejores de esta ciudad para quién les escribe. He probado muchos, menos que otros entendidos, pero sé que esto es difícil de igualar. Cuando veo calidad la reconozco aunque igual no. O sí. Da igual, el caso es que este tartar es la hostia de espectacular. Y al punto picante que quieras. Casi todos lo pedimos porque nobleza obliga y esta gente entiende de carnes porque les viene de familia. Créanme.
 El Canelón de rabo de toro con queso Comté lo compartimos como buenos amigos. En Bardeni me había parecido un bocado especial por la calidad de la carne y ese jugo pero es que aún me pareció mejor. Una maravilla carnívora sin paliativos. Necesario. Imaginen qué sería un Sant Esteve comiendo canelones así. O bocatas de rabo de toro. Por favor, que lleguen ya.
 Los ma-ra-vi-llo-sos Guisantes del Maresme con kokotxas de bacalao y molleja moruna. ESCANDALAZO. Ante platos como éste es cuando me dan ganas de hostiar a todo el mundo que hizo que comiera guisantes putrefactos toda mi vida, hasta el punto de odiarlos. Los guisantes buenos, los de verdad, son una puta maravilla obligatoria. Muerte a los cabrones que nos engañaron con sucedáneos verdes en los ochenta y noventa. Y los que siguen jodiendo la vida de muchos niños en comedores escolares. Así sí. Que sí!
 El espléndido Tataki-carpaccio de Wagyu. Impresionante una y otra vez. Con un toque cevichesco al incorporar cancha y un toque espumoso cítrico, una combinación ganadora que destila saber hacer y téccnica depurada. Esto es genialidad de calidad.
 Con ustedes el Onglet a lascas. Tierno, en su punto de cocción, jugoso, sabroso. Aquí se viene a comer carne porque son profesionales y te lo demuestran en cada plato.
Pero no solo tienen carne. Hay bacalao, del que no hay foto (lo juro), y tienen este maravilloso Atún marinado con soja y sésamo. Otro recital de calidad, clase y orgasmo todo en uno. Sólo hay que verlo, no nieguen el efecto que les está provocando. Una imagen es suficiente.
 Para los postres ya íbamos justeando tras el recital de carnes y de excelencia. Y por las botellas de champagne tal vez. Así que me conformé con un humilde Tiramisú de escándalo reinterpretado respetando su esencia. Una explosión cremosa para cerrar junto a un Gewurztraminer una noche loca, mágica, carnívora y dionisiaca.
 Poco más se puede añadir además de unos insultos si aún no conocen el combo Caldeni-Bardeni. 
Chef honesto, trabajador, guerrillero, local humilde que se esfuerza hasta el límite, gente que lo da todo y sale triunfadora. Entusiasmado con la experiencia.
Unos 70€ por cabeza.

Pero lo que pasa en Caldeni se queda en Caldeni (casi).



TERRA D'ESCUDELLA. Terra i llibertat en Sants.

$
0
0
TERRA D'ESCUDELLA, C/Premià 20 en Pl. Osca, República de Sants bien al centro.
 Hoy toca post de semana santa, así que vamos a por lo más alejado del nacional catolicismo que he podido encontrar en el archivo.
Terra d'escudella es un local de Sants de marcado ideal independentista y con vocación de centro social por y para el barrio. Y donde la religión me temo les importa lo mismo que a mi. Es decir bien poco. Aunque igual me equivoco más que Poncio haciendo este juicio. En todo caso les recomiendo su usuario de Twitter para que estén al día de todas las #revoltescatalanes de las que soy muy fans. En concreto tengo debilidad por las efemérides de ataques a Virreyes u Obispos y esas cosillas, pero es que uno tiene instintos asesinos que no siempre se pueden reprimir. Pero hemos venido a hablar de comida.


Conocía Terra d'escudella por algunos grandes bocatas que nos habíamos agenciado alguna vez pero me faltaba probar su cocina de raíz tradicional, evidentemente, catalana como acompaña al nombre del local y a su filosofía. Cuando anuncian sus menús en Twitter suelen salir escudelles, carn d'olla, fideus a la cassola y un largo etcétera. Los jueves, paella como mandan los dioses. Menú a 9'65€ sin pretensiones, fácil, humilde y de cantidades generosas. Sin trampa ni cartón, local lleno y a seguir apoyando la causa. Como muestra de su generosidad, la "copa" de vino de la casa que entra en el menú. Casi nada.
 Escogimos cuatro platos diferentes para testear la oferta, y aunque ya digo que no esperen maravillas tecnoemocionales, el conjunto es sólido como para no importarnos repetir en caso de posibilidad futura.

De primero opción lentejas con verduras y comino. Muy bien. Plato sencillo a recuperar en los menús off pretentious y con un fuerte toque de comino que le daba un aire diferente y personalidad propia. Excelente opción veganil (si el caldo no llevase carne, obviamente).
 Yo escogí un plato del día fuera de menú que versionaba otro clasicazo catalán como es el Trinxat de orígenes pastoriles. En este caso también opción vegana con patatas y acelgas. Nada de cerdo, cansalada free. Evidentemente no le hubiese hecho ascos a una ración carnívora, ya me conocen, y puedo decir que ha sido la ración más grande jamás tomada de acelgas fuera del comedor escolar en los 80. (Siento la propaganda de refresco al fondo)
 Los segundos pincharon algo por una mala elección. No en este caso con el pollo con higos acompañado por una guarnición de calabacines asados, sino por la otra. Ésta fue una elección correcta, sabrosa y con una de esas salsas de las que se tiene que mojar hasta que el plato chirría. Buena opción y detalle curioso el de los higos puesto que no son un producto demasiado común en los platos de la capital en estos días. Bien.
Y aquí el error de la jornada. Las croquetas que no parecían caseras porque no debían serlo y que no tenían ninguna gracia en sí mismas. En lo que sería la vulgarización de la croqueta como siempre hemos conocido. Lo digo porque siempre se la ha considerado un producto ramplón, de sobras y de sobra, de fácil manufactura y consumo no exigente. Y como en casi todo en algún momento habrá que hacer una revolución y crear "croqueterías premium/gourmet" para que algunos nos puedan clavar 5€ la unidad. No hace falta eso, pero tampoco es de recibo la croqueta industrial en menú casero porque el ninguneo del producto no juega a favor de nadie.
Demasiada diatriba para que luego sí que fuesen caseras. Pero al menos no lo parecían y así ya me puedo pedir ser el inventor de la tendencia croquetil del año que viene, apunten.

 Un detalle a considerar con los segundos es que puedes elegir la guarnición a tu gusto entre una oferta diversa. Muy bien.
Para los postres otro clásico catalán como el Mel i Mató, en versión muy correcta 
 y un pastel de queso vulgaris que no pasará a ningún tweet de recuerdo. Simplemente para cumplir su función faneguil.
En definitiva un local de menú diario sin florituras pero eficiente, y de marcada filosofía catalanista y preocupación social. Nos gustan ellos y nos gustó su menú català. 

Llarga vida al TDK de Sants.

Días de arroz, bagels y otras guarradas del montón.

$
0
0
Semanas sin tiempo para visitas o posts al uso. Semanas de eclectismo gastronómico y de visitas desenfrenadas a la nada y de las que nada queda. Semanas en las que toca recuperar experiencias atrasadas para poder seguir avanzando. Tardes de domingo de rococó bloguero innecesario para decirles que hoy tenemos post de recogida con detalles que les van a gustar. Visitas de las últimas semanas que nos dejaron un gran sabor de boca y que se hacen merecedoras de ser mencionadas.

- NORTE en la enésima visita del año. Volver, volver y volver porque lo hacen de maravilla y se merecen todo lo bueno que podamos decir de ellos. Cambiando platillos con los cambios de temporada hay que rendirles tributo siempre que haga falta. En este caso el arroz de Pals con gambitas que era maravilloso. Con esa textura tan característica del arroz empordanès un plato bien ejecutado, al punto de cocción y de sofrito sabroso. No se escatiman piropos porque no escatiman en producto y se nota y agradece. Siempre hacia arriba.
(Norte es un clásico de los posts de miscelánea en el blog)

- SERRAJÒRDIA en Pins del Vallès* es una panadería-pastelería-cafetería muy a tener en cuenta. Lo hacen todo bien y puede llegar a ser adictiva si no se controlan. A unos maravillosos croissants de chocolate blanco (hereje orgulloso) y pasteles de todo tipo, en las últimas semanas han añadido al catálogo el BAGEL. Y es un bagel bien hecho, espeso, contundente como manda la tradición secular judía. No un sucedáneo para salir del paso. Salen airosos aún no siendo Be my Bagel pero saludamos la iniciativa porque arriesgan en territorio pagano y lo hacen muy bien. Larga vida.

*No siempre tienen, vigilen que pueden encontrarse con que ese día no hay.

- BODEGA MONTFERRY en Sants como nuevo clásico y ejemplo de las nuevas viejas bodegas tradicionales barcelonesas. Son gente nueva en el negocio en la piel de una bodega con décadas de experiencia y miles de vermuts servidos. Somos los vermuts que hemos hecho.

En esta ocasión les traigo una novedad que está arrasando desde que hace unas semanas empezaron a cocinar en esa pequeña trastienda de la que disponen: las patatas Montferry que vienen a ser una libérrima versión de unas bravas de siempre, pero como pueden ver diferentes. Gajo largo, piel, muy hechas casi crujientes y una salsa especial secreta que se adereza con romero seco. Es una combinación ganadora que se ama desde el momento en que te metes la primera en la boca. Cuando haces pop ya no hay stop montferriero. Y las puedes acompañar con cerveza artesana de tirador porque son unos putos cracks.

- O'RETORNO y el eterno ídem al lugar del crimen del pulpo porque no es fácil encontrar baretos tan auténticos en los que el propietario/jefe/encargado tenga fotos colgadas en la pared con los Morancos como uno de sus momentos vitales más álgidos. Pero aún sin eso este local es de nuestros preferidos y volvemos asiduamente. Por su pan con tomate, las navajas, su pulpo espectacular y los callos que más me gustan en la ciudad. Expuestos en una de esas bandejas en las que la salsa ya fría se solidifica convirtiendo el conjunto en una gran bandeja de gelatina lista para cortarle un trozo y llevar a calentar tu ración. La liturgia de la grasa que no creo pasase una inspección de Chicote. Pero fuck Chicote y que nos quiten lo bailao.


- OVAL pero hoy no va de hamburguesas. Va de sus nachos con queso que son la guarrada que más nos gusta en este momento y por la que podría llegar a matar o incluso hacerme vegano. Volvería cada día a por este conjunto de tan mala pinta fotográfica pero de sensación en el paladar a la altura del Valhalla norse. Queso a cascoporro, nachos tex-mex sin complejos ni autenticidades étnicas y jalapeños XL para todos. Una RCP brutal para un plato que debería ser faro para los que intenten hacer lo mismo pero se quedan en el intento. Tan bueno que casi le perdonamos el perejil en la hamburguesa que viene luego.

Ya ven que es un dossier en general poco sano pero de muchos placeres y diversión orgásmica asegurada. Créanme que no seberían arrepentirse de hacer estas visitas y si lo hacen siempre será por su culpa, por supuesto. 
Saludos bagelianos desde el Hades gastronómico.


*Sí, es Sant Cugat del Vallès. Pins era su nombre durante la II República. Cosas.

Casa Mari i Rufo. Cuina de mercat de cara al mercat.

$
0
0
CASA MARI I RUFO, C/Freixures 11 en lateral del Mercat de Santa Caterina, en el Centro de casi todo.
No es éste un restaurante de moda ni a la moda aunque esté sito en territorio cercano al Born. No hablamos de un local de apertura reciente y decoraciones violanescas. Hablamos de un humilde local de cuina de mercat que puede ser barato pero suele ser más caro de lo que creerías antes de entrar porque prejuzgas erróneamente.
Hacen las cosas bien y la experiencia es tremenda a todos los niveles. Por los propietarios, de reputada fama en toda la ciudad por su particular buen hacer y personalidad, por unos atentos camareros, por un local al que no sabemos cómo llegó Bibiana Ballbé pero del que salió encantada aunque acabes oliendo a frito gambil, por una decoración amocional (porque no produce ninguna sensación) y porque al pisar Casa Mari i Rufo te encuentras un caos de mesas y jamones en la entrada que crees que nada bueno puede salir de allí. Pero si te quedaras con eso te equivocarías como un pringao de los muchos que seguro han pasado de largo para irse a comer unos macarrones al restaurante de al lado (o cosas peores en locales cercanos al ser territorio dado a la caza de guiri).
Casa Mari i Rufo es una pequeña maravilla escondida tras una primera impresión turbadora, caótica y chillona. De los locales de toda la vida. De esos de cuando vas a Italia vuelves recordando porque se supone que allí gritan siempre y te hace gracia, pero aquí no. Pues en Mari i Rufo se comunican en barra como les da la gana y bien que hacen. El encanto, el carisma y el buen hacer tras esa barra metálica. 
Aquí tienen una porción de la carta (en la que me turba esa presencia del Kobe) pero donde no sale el menú diario a 11€ del que también se habla maravillas. Yo opté por un par de platos para probar de la carta y por la cantidad que apareció en ellos eran ideales para compartir entre dos personas. Pero iba solo. Tuve que comérmelo. Todo. Yo. Solo. Todo. Lo siento. Volverá a pasar. Mucho.

Empecé por algo suave porque reservaba el bang para el segundo. Así me dispuse a escoger algo de verdura que siempre es aplaudido por mi mujer y mi nutricionista oficiosa. Y escogí una escalivada con anchoas tremendamente espectacular. Por todo y en todos los sentidos. Por sus olivas rosas semifluorescentes, por sus anchoazas y ante todo por el descomunal tamaño del plato que tenía ante mi. Muy grande, XXL, maravilloso, imponente y de una calidad superior. Tanto el pimiento como la berenjena perfectos, en su punto. El pimiento más al dente la berenjena de una melosidad extrema. Un platazo sin discusión ideal para dos, vuelvo a remarcar. A 7'5€ además sale mucho más apañada la cuenta.
Abrumador.

Muy fan del color rosado de cebolla y olivas por el contacto pimentero.


Para el segundo plato dejé el contundente que celebraba un canto burlesco al colesterol burlado. Unos huevos con patatas y foie que volvía a ser calidad superior, extrema, premium, gourmet, ochonabos. Otra ejecución maravillosa con su aceite y sus huevos rotos ideales para mojar pan si te queda algo de espacio en ese estómago de vikingo que tienes. El mío es una mezcla entre vikingo y extremeño con lo que puede con casi todo como se puede comprobar. Y no dejé ni rastro porque hubiese sido de mala educación.
Si te ponen esta maravilla no se deja nada en el plato. Pero esto es así desde tiempos bíblicos. Viene con el rollo de la hospitalidad al invitado en casa y eso, apartado Gambiteros zampabollos.
Plato fetiche ipso facto. Alejado de aquellos platos con patatas tipo paja que, en fin, existen porque todo puede existir, pero a años luz. Canto a la grasa, Oda a la lujuria colesterolera, Himno zampabollil.
No es un plato barato, son 16€ pero un día de celebración es un día. Y qué comida la de aquel día.

Al final la cuenta salió por unos 28€ pero como he repetido varias veces eran platos para compartir, lo tengo claro. Y la cosa hubiese sido un triunfo que ni los griegos en Platea. Pero los pagué a gusto y sin tituberar. "¿Qué se debe?"
Una comida curiosa. En una sala interior de 25 m2 en una pequeña mesa para mi entre otras dos donde se podría resumir la grandeza de Mari i Rufo: a mi derecha una mesa de ejecutivos altivos que se vanagloriaban de conocer a Rufo. A mi izquierda, unos sindicalistas de Santa Coloma que se vanagloriaban de conocer a Mari. Una imagen poética con mucha fuerza. Delante mío unos alemanes se acababan unas gambas. Una estampa preciosa.

Larga vida al caos de Mari i Rufo y al gran Alberto que nos guía por el buen camino.




CAN VILARÓ. La familia tiene un bar. De comida casera.

$
0
0
CAN VILARÓ, Carrer Borrell amb Manso, delante de Mercat de Sant Antoni.
No se puede vivir en esta ciudad sin haber sucumbido por la gracia de Dios a la recuperación innegociable de la comida casera. Tras años de sucumbir a la moda de técnicas avanzadas que hacían enrojecer a la NASA y de nombres de platos hipercomplicados que hacían necesarios varios cursos de metafísica metalingüista dirigidos por el mismo Chomsky, lo tradicional ha vuelto. Aunque en realidad nunca se fue pero le habíamos dado esquinazo. No existe la modernidad innovadora sin la tradición. Estoy convencido de ello como los grandes gurús de esto, pero ni viene al caso el debate ni importa mucho la opinión de un neófito como quien les escribe. Para eso está comedordepatatas.blogspot.com.es que es donde escribo mis pajas mentales irreflexivas.

En todo caso nos encantan los sitios de tota la vida y nos encantan que sigan como tota la vida. Alejados de modas, chorradas estéticas y tendencias maléficas que arruinan el tejido social y nos convierten en hijos de lo inmediato que olvidan el pasado. Por eso nos gustan los sitios que son patrimonio y que no ceden. Y que resisten. Y que dan la cara. Y que ofrecen cosas interesantes, evidentemente. La tradición en sí misma no es ni un valor ni una garantía. Ahí tienen la corrupción y los toros, por ejemplo.

He aquí lo que se ofrece en uno de los locales fetiche del (casi) siempre grande Quim Monzó.


































Platos de siempre, catalanes com ha de ser y a precios más que ajustados. Hubiese pedido prácticamente uno de cada, excepto el higado y los sesos tal vez...Uno ha comido mucho tiempo en McDonald's pero no está preparado para todo...Pero como no podía ser menos, la casquería tuvo su protagonismo fetichista en la comida. Como casi siempre. 
Tenía claro al llegar al abarrotado local que iba a comer algo muy típico. Algo que dificilmente te encuentras en esos restaurantes michelineros a los que suelo ir cada día. Por eso me decanté por unos fideus a la cassola, por el antojo de algo que hacía un lustro que no comía y porque qué carajo, es un plato hipermegacuquilesstradicional. La lástima es que estaban tal vez algo pasados de cocción, para mi gusto, aunque igual la hora tuvo algo que ver al ser últimísima hora del mediodía, cerca de las 3:30pm. Imagino que se cocinan varias tandas y luego ya no más, con lo que si esta cazuela llevaba mucho rato cocinada los fideos siguieron su cocción hasta un punto más allá de lo recomendable. Aunque yo soy muy de pasta estilo napolitana que casi cruje e igual el problema soy yo. Sus costillitas, su buen caldo, sabroso e ideal para mojar hasta secar el plato. No un plato excesivamente grande, pero, ¿han visto el precio?

De segundo, el plato que tenía marcado con una X del tamaño del ego de algún cocinero francés estrellado: la tripa i cap i pota de la que siempre habla Quim Monzó en sus desayunos. Estaba claro y ahí fui. Gloriosos. Sin más. Ración menor tal vez que en otros bares fetiche de este blog pero de resultado mejorado. Grandísimo sabor a la altura de las piezas ofrecidas. Pocas pero XL. Los callos son un plato sí o no para mucha gente. Para mi siempre son sí y en el caso de estos en particular son muy sí. Amor a primera vista y dignos de vueltas infinitas a Sant Antoni.
Vista cenital del plato para observar la variedad del mismo y las piezas maravillosas que merecen una standing ovation sin discusión. Larga vida a la casquería.
De postre como colofón tradicional catalán como debe ser, un mel i mató que no se lo saltaba un burro catalán. Maravilloso en textura y generoso en mieles, del triunfo, para ser más exactos. Otro de esos platos innegociables cuando te lo encuentras cara a cara.
Una visita muy positiva a todos los niveles a Can Vilaró. Con el único pero matizable a los fideos, los callos fueron de altísimo nivel y el postre no desentonó en absoluto. Hay que volver a este local porque la familia se lo trabaja. No sé si toda la gente que atendía era familia pero al menos lo parecía. Los amigos inspiradores de este post que son la gente de Sant Antoni (i part de l'estranger) tienen más info y conocen mejor a Sisco y a Dolors. Años de buen hacer, por eso siguen dando guerra y ofreciendo comidas de alto nivel. Los clásicos nunca mueren. Que mueran otros primero.

WALL 57. Rey más allá del muro (en Valldoreix).

$
0
0
WALL 57, Valldoreix a 300 metros de los FGC, Rbla Mossèn Jacint Verdaguer, 57.
Hoy nos vamos de excursión más allá del muro a territorios agrestes y desconocidos para muchos y eso que nos quedan a la friolera de 15 minutos de la gran ciudad. Algunos consideran que ya no es la civilización e incluso llaman a estas zonas "eso del Vallès a lo que se llega en transporte público". Pues sí, y de hecho es lo recomendado para llegar a este bonito local en los márgenes del Google Maps a no ser que conozcan bien la zona, territorio de jabalíes y casas unifamiliares.
Wall 57 es el restaurante secundario de Albert Ventura, chef jefe y alma mater del magnífico Coure del Passatge Marimon en Barcelona. Aquí, en estos márgenes de lo desconocido donde vive gente de posibles a los que se les evita tener que bajar a la metropolis se la jugó montando algo que tiene poco que ver con los alrededores. Es una especie de isla de la alta cocina en territorio poco dado a estos menesteres. Apuesta arriesgada que parece no irle mal del todo. Desconozco con qué asiduidad se le puede ver en el local pero como pasa en estos casos no es necesario; el local funciona solo y va como un tiro.
Wall 57 es un local de margen intermedio en lo que a precios se refiere. No es un local de menú a 10€ ni hace falta que te enchufes un Degustación con pretensiones. Tú eliges entre la amplia oferta y de ti depende lo que gastes. No creo que disfrutes de verdad por menos de 22-23€. En mi caso se fue a unos 27 porque hacía demasiadas horas que había comido (craso error, hay que planificar bien estas visitas cuando vas a sitios donde te lo gastas de verdad...).
Como muestra un par de imágenes de la carta:
La verdad es que en Wall 57 tot fa patxoca y más sabiendo lo bueno que es Coure. Allí me comí una de las mejores hamburguesas que comí jamás en la ciudad y al verla en esta carta otra vez toda mi vida hamburguesil pasó ante mis ojos y tuve que volver a pedirla. Me obliga Albert, yo no quería.
Así, la decisión del segundo ya estaba tomada sin bajar de la moto, con lo que nos quedaba elegir un primero a la altura.
Confieso que al leer la palabra "canelón" siempre tiemblo y lloro de emoción así que al fijarme que ofrecían uno algo más ligero me pareció ideal como acompañamiento de la contundente hamburguesa. En realidad siempre pido canelones de buena carne y buena bechamel, pero éste era de foie gras, fresas, rúcula y piñones. Le perdono lo de la reducción de PX. Una maravilla. Muy ligero aunque no me crean y se estén cachondeando ahora mismo. Etéreo! Incorpóreo! Ya entraba por los ojos y de ahí esta foto que no me negarán que está de puta madre.

 Rear version of the magnificient canelón fresón. Me encantó su consistencia, sabor y originalidad teniendo en cuenta que soy del comité STOP Rúcula en todo.
Rerear versión of del otro end del canelón. Me gustaron las fotos que hice y por eso las pongo, qué leches. Una experiencia curiosa en la combinación, sin duda.

Tras la gran opción de entrada, el segundo que se acerca a la perfección, si no fuera por un par de consideraciones que haré al final. Hamburguesa de vaca gallega con acento y todo.
 Es una hamburguesa maravillosa con todas las letras; no es pretenciosa y no necesita de artificios para ser cojonuda. Carne, queso, tomate, cebolla, pepinillos y lechuga. Sin experimentos ni combinaciones alquimísticas. Material de primera, digno de chánpion como dirían en la capital. 
 Como pueden comprobar la carne está al punto, tal como la pedí, y su naturaleza jugosa se vislumbra incluso en la foto. Si les gustan las hamburguesas tienen que amar ésta. Aunque cueste 11€, porque es una maravilla.
Con un par de peros: uno, el pan no está a la altura del conjunto. Se deshace con demasiada facilidad. Un pan de Turris y a morir de placer sería mi consejo (que hay uno en Sant Cugat). Y dos, el exceso de pepinillos en la base. Aunque es reversible al poder quitarlos si no te apetecen, pero se desmonta entonces la hamburguesa. Es que hay demasiados, al menos para mi gusto. En todo caso, totalmente recomendable. Ese queso es un gozo, no ven ese color? No sangramos si nos pinchan?

Wall 57 y los caminos inescrutables del señor que te llevan a él. Un día estás aquí y al otro estás dando vueltas al pie de Collserola buscando el Wall o el Piccola Cucina Italiana.

Para finalizar un par de consideraciones que no puedo evitar. Aunque Wall 57 es un local totalmente recomendable hubo un par de detalles que no me gustaron, además de la clientela algo subidita de humos que hablaba a mi lado de colegios privados que son mucho mejores que los públicos (para otro debate). El primer detalle es que la carta no incluye el IVA. Ya está bien... No es legal. Y dos, cobran el pan y el servicio, y tampoco puede ser. No, no y no. Por eso lancé en Twitter los hashtags #cartasiniva y #cobraelcubierto, para que lo utilicen y hablen de los locales que siguen con estas prácticas discutibles o ilegales directamente.
Vaya, que Wall y Coure son muy buenos pero ahora mismo no voy a volver porque no me gustan estos detalles. Raro que es uno.

KOKU KITCHEN. Kalidad del Ramen a la irlandesa.

$
0
0
KOKU KITCHEN, C/Carabassa con Ample, junto a Basílica de la Mercè, Gòtic.
 Tras este neón retro, vintage y postmoderno se encuentra uno de los locales nacidos para ser una de las sorpresas de la temporada en Barcelona. En realidad cuenta con todos los ingredientes necesarios para ello y sólo va a depender de su buen hacer y de la suerte necesaria para convertirse en una realidad. Para empezar el local es acogedor, con gran presencia de la madera como material de moda en las mesas comunitarias básicas en cualquier local modernil; buena música sonando en el ambiente y un halo de modernidad hipsteriana que se plasma en el leit motiv del local: el ramen. Que el ramen era un producto de moda hace meses lo vimos gracias a Hiro (el hype) y a Shimanto (la realidad) y aquí volvemos a encontrarnos con un público barbudo ávido de fideos y caldo de miso. Y guiris, que la zona da para ello y no todos tienen el mal gusto de irse a comer a la Rambla.
 Pero seguramente el secreto de su posible éxito sea la sensación de buen trato del personal. Unos propietarios irlandeses (si quieren conocer la historia visiten el link del final del post) que acaban abriendo un local moderno de ramen en pleno gótico de Barcelona. Amabilidad, atención y algo que me pareció inaúdito: honestidad al cubo. No sé cómo explicar la sensación. Entrar, entablar conversación con el responsable y ver claramente que eran gente honesta. Tal vez incluso demasiado buena gente. No sé, una sensación extraña seguramente fruto de tratar con irlandeses y en inglés. Salí encantado y se nota.
Pero hablemos de lo que interesa. En Koku hay ramen a montones y variado. Aquí tienen la carta que irá creciendo próximamente por lo que me comentaron, e incluso también en lo que a la oferta del menú se refiere. Habrá que volver algún día. Y es que hace un par de semanas que están abiertos y todo está en rodaje y por acabar de pulir. Como ejemplo, el día de autos estaban instalando el TPV para poder cobrar con tarjetas de crédito. Aún así, percibí que al menos 3 de las mesas presentes en el local eran de clientes de la zona, asiduos ya al local post nasciturus. Buena señal.
En Koku todo es artesano y hecho allí mismo. Pregunté por el ramen y por el postre. Y sí. Incluso tienen cerveza artesana, Espiga, pero no entra en el menú porque es demasiado buena y al parecer tienen que poner birra mediocre para que salgan los números.
Los fideos son hechos a mano y el cerdo de este espectacular ramen es marinado por ellos un montón de horas. Todo in situ, con cariño, paciencia y amor a la hipsteriana. Y les aseguro que el cerdo era maravilloso...En el bol, nori, wakame, huevo duro en su punto, cebollino y unos fideos maravillosos al dente. Firmes y contundentes, sin blandeces low cost. Se notan al primer bocado que son suyos, que no salen de una bolsa del súper chino de la calle Balmes. Sin olvidar el sabor de ese cerdo. Qué cerdo.
 Al ser el plato del menú imagino que la cantidad es más justa, pero les puedo asegurar que ni de lejos se van a quedar con hambre. Salí más que satisfecho así que no se preocupen por pasar hambre, zampabollos. Bagel Seal of Approval.
El ramen artesano no es barato, ya ven que sale a unos 9€, pero si se tiene que pagar calidad ya saben que el precio es relativo. Por 11'50 tienen ramen, bebida y postre. Muy buena opción.

Y para acabar, ese postre. Un Banoffee pie típico de las islas británicas que resultó un sorpresón mayúsculo. Un postre a base de dulce de leche, nata, plátano y crumble de bizcocho y frutos secos. Una maravilla y otro gran descubrimiento.
Un local de ramen llevado por irlandeses es lo que llaman cocina fusión o vanguardia o algo. Seguro que algo porque algún nombre debe tener esta experiencia.
 Postre con barrio Gótico al fondo.
Un gran descubrimiento que agradecer a Roger Ortuño porque el local merece mucho la pena. Mucho. Una gente maravillosa que van a luchar por hacerse un nombre a base de ofrecer experiencias sin pretensiones y ramen de calidad. A la altura de los grandes y sin el hype ni las colas de otros locales. Por ahora, porque si todo va como se atisba que puede ir, se va a convertir en lugar de peregrinación de modernos y no tan modernos. Yo les doy dos semanas para que empiecen a tener problemas en hora punta, en cuanto se propague la voz ramenera.
Porque qué carajo, se come de puta madre y son encantadores. Y puedes practicar tu inglés.

CELLER CASA MARIOL. Bodegas de calidad a granel.

$
0
0
CELLER MARIOL, C/Còrsega con Padilla el comunero protagonista del último levantamiento anticentralista castellano contra la monarquía Austria en el S.XVI, zona Sagrada Familia, Barcelona.
No les voy a descubrir ahora el fenómeno bodeguero en Barcelona. El amigo Alberto ya les tiene al día y conoce todos los rincones de la ciudad, con lo que no hace falta ahondar más en que esto ya no es una moda sino una realidad palpable de que el vermut a granel volvió a resurgir para quedarse. 
Bodegas hay muchas y todas tienen su idiosincrasia propia con lo que hay que saber buscar para saber qué ofrecen y qué te interesa en cada momento. De Casa Mariol se pueden decir muchas cosas, pero sobre todo se puede convenir que es una de las bodegas de moda en la city. Totalmente. En ella nos podríamos encontrar incluso a Bibiana tomando el vermut junto a algunos modernos muy modernos de la city, con lo que nos da la medida del fenómeno. Las bodegas son para todos pero los modernos se han intentado apropiar del movimiento. Cosa que no conseguirán jamás porque antes de hacerlo ya se habrán olvidado de ellas y se habrán ido a jugar a la petanca que es lo puto más.

En todo caso Casa Mariol no tiene la culpa de que la plaga modernilla se la haya apropiado. Además, igual ustedes son de esos modernillos y les gusta el rollo, vayan ustedes a saber...A mi, que me pongo camisetas de videojuegos para ir a trabajar me gustó y volveré cuantas veces haga falta por dos motivos: me encanta su vermut y me encanta que versionen la clotxa de la High Land catalana. Luego lo vemos.

Para empezar a hacer boca iniciamos nuestra visita con un surtido de olivas que eran un primor (palabro). Surtido variado y ciertamente espectacular del que dimos buena cuenta junto a una bolsa de patatas Bonilla que complementan com cal la situación.
El vermut de Casa Mariol me entusiasma. No soy un entendido y por tanto no puedo valorar negativamente el elemento por su naturaleza mainstream como muchos otros harían. Me gusta y lo digo, joder. Y lo repito. Me gusta el vermut de Casa Mariol y me encanta tener una botella siempre en casa. "Es que el de Riudellots del Carallu es mejor". Al cuerno. Me gusta y me lo bebo todo.
Aquí el bodegón vermutaire brunchiano català como tiene que ser.
Pero para hacer boca unas olivas no son suficientes, a ver si nos van a tomar realmente por BB y sus colegas. Íbamos de paso hacia uno de nuestros peruanos de cabecera pero no podíamos parar en Mariol sin probar la clotxa. ¿Qué es una clotxa? What is the Matrix (and the clotxa)? Pues un pan redondo relleno con arengada. Manjarazo de campo, desde los orígenes a Sagrada Familia para ustedes. Somos unos fanegas y nos encanta. Que nos hagan bocata con lo que sea porque nos lo vamos a comer. Y con un vermut, qué escándalo.
Aquí lo tienen. No es excesivamente grande pero tampoco es excesivamente caro. Sobre unos 4'5€ y te traen la Terra Alta a la mesa. 
Dentro, el relleno del arenque y tomate que es el clásico. Tienen otras 11 combinaciones, pero somos unos románticos y es que hay pocas cosas mejores que un arenque. Que le pregunten al protagonista de Kafka en la orilla.

Vivimos la época del Renacimiento bodeguil y hay que aprovechar el momento. Jamás se fueron, siempre estuvieron ahí pero el snobismo vanguardista nos hizo renegar de ellas. Lo viejuno ha vuelto, para bien.
Larga, larguísima vida al vermut y en este caso a Casa Mariol, que tengo que volver a por un par de botellas bien pronto.



PS: En serio no se pierdan su página web. Es la puta psicodelia setentera traspasada al 2014. Muy loca.

NOVEDADES, NOTICIAS Y ANUNCIOS.

$
0
0
Amigos, esta semana un post diferente. Les justifico el por qué de unas semanas de escasas actualizaciones más allá de mis compromisos profesionales reales.

En primer lugar ha salido el número 2 de la RevistaZOUK MAGAZINE en la que colaboro. Es un proyecto magno de objetivos y que ofrece resultados sorprendentes, sinceramente. Con pocos medios se crea un magazine ecléctico para todos los gustos. Lo recomiendo y no porque haya algunos artículos míos en ella. Hay artículos de gente mucho más interesante y preparada que no deberían perderse o lo lamentarán. Agradecer a Albert Molins la oportunidad dada y espero les guste lo escrito. En este número encontrarán dos artículos firmados por este humilde servidor suyo:

- Artículo sobre lo que considero la "Revolución de la cerveza artesana" con testimonios y opinión personal.
- Artículo sobre Pizzas napolitanas en Barcelona. No es un ránking ni están todas. Es una selección de pizzas buenas o muy buenas que no deberían perderse si les gusta el producto. Napolitanas, que son muy particulares...Ya lo comprobarán. 

Espero lo disfruten y ya me dirán si tienen algún comentario!! Pueden leerlo en:
http://www.zoukmagazine.com/magazines/numero-2/



En segundo lugar, otro proyecto de largo recorrido. Junto a mi estimada Carmen Alcaraz del Blanco miembro fundadora de Cultura Gastro, voy a estar en una sección que nos han dado en el programa Anem d'estiu en Radio4. Sí, radio. Cada miércoles de verano a las 12:15h y hasta las 13h estaremos hablando sobre gastronomía desde ópticas diferentes. Esperamos que les guste y nos escuchen!! Siempre tendrán la opción podcast así que no hay excusa. Si me queréis, escucharnos!!
La sección se llama GASTROFREAKS, que es lo que somos, y tengo que agradecer desde aquí a Radio4 que nos dé esta oportunidad magna. También espero sus comentarios al respecto...Y muchas gracias!!!


Podrán oirnos aquí en directo si les apetece: http://www.rtve.es/alacarta/rne/radio-4/


SPORTS BAR. Pizzería napolitana de alto nivel en local a reformar.

$
0
0
Les decía en el anterior post que esta semana había publicado un artículo en el maravilloso número 2 de Zouk Magazine sobre pizzas napolitanas. No era un ranking, tan solo un breve recorrido por  pizzerías napolitanas que no deberían perderse en Barcelona, sin vencedores ni vencidos. En tal artículo y por un par de buenas razones prácticas, no apareció una pizzería que originalmente sí debería haber hecho acto de presencia: Sports Bar en el Barri Gòtic.
Un problema con las fotos y con una aparente reforma del local estos días hicieron imposible poder documentar la visita a este restaurante. Una lástima porque merecía estar de todas todas. Local fetiche y local para gente sin escrúpulos como nosotros. Hay que darle una oportunidad porque la merece. Verán que las fotos siguen siendo un horror porque son las tomadas por un teléfono en condiciones de luz deplorables, pero Sports Bar no se tenía que quedar fuera de estas recomendaciones.

Aquí el escrito preparado para Zouk:


SPORTS BAR (C/Ample 51)
La grata sorpresa.
Jamás entrarías a Sports Bar si estuvieses buscando una buena pizzería por la zona. Pasarías de largo al ver un local colorista con referencias deportivas trasnochadas y aspecto decadente además de una perpetua acumulación masculina en la puerta. Y que no hace referencia a pizza alguna desde el exterior.  Pero estarías cometiendo un grave error porque en Sports Bar son muy auténticos aunque no te librarás del clásico camarero gracioso, e italiano de verdad, que tira de manual para ir explicando chistes y chascarrillos simpáticos mientras te sirve la cena (de marcada temática femenina, no vamos a negarlo).
Pero qué cena. Sports Bar tiene un nombre consolidado en los ambientes italianos porque hacen las cosas muy bien y como se debe. Son rápidos, eficientes y elaboran las pizzas con una masa artesana increíble y en un horno de leña de verdad con forma de balón de fútbol. A la altura de NAP o NPeD sin duda y mucho menos conocido que Bella Napoli, por ejemplo. Pero es un local necesario. Pizza napolitana con anchoas y alcaparras como debe ser.
Placer absoluto bajo la imagen de Dio Maradona. Y eso que no probamos la pasta que según nuestro camarero “ahora ya está al nivel de la pizza con el chaval que la hace ahora artesanalmente”. Pendiente para la próxima vez  porque volveremos. Y esperemos que hayan renovado los tótems deportivos de sus paredes, que Torres en el Liverpool, ya NO.


Precios entre 8-10€.







PS: No se pierdan en la página del blog en FB las actualizaciones con minicrónicas y fotos de restaurantes que no aparecen en el blog o son segundas o terceras visitas.. Por ejemplo el menú mediodía de La Criolla y otra visita más a Ceviche 103. 
Échame un like!!

TAQUERÍA TAMARINDO. En botella güey!

$
0
0
TAMARINDO, C/Aragó esquina mar/Besós Balmes. Barcelona DF.
Podríamos empezar esta semicrónica con una frase del tipo "vamos a armar el taco" pero sinceramente, sería una puñetera cutrez. Por eso he titulado el post con una frase que toda persona de bien debería reconocer ipso facto por pertenecer a una de esas míticas películas indies noventeras que nos acercaron la realidad de la Coronita y los mariachis a nuestra mucho más aburrida realidad. (Y esto es clase)
La cocina mexicana, ya lo avisé con Tlaxcal, nunca ha sido una de mis preferidas o conocidas. Soy un neófito del taco y el alambre, pero voy trabajando en acabar con tanta ignorancia. Creo que es lo correcto para poder comparar, hablar o criticar cualquier cosa. Por esta razón en los últimos tiempos ha ido visitando locales mexicanos para poder hablar con cierta propiedad. Y la verdad sea dicha, éste que nos ocupa aquí hoy no ha salido mal parado. Es un lugar cabrón, chingón y todas esas cosas que van asociadas al mundo Mexico que tanto nos gusta. Carajo!!

El Tamarindo es un local que debe llevar abierto un par de meses como mucho. Es nuevo en el vecindario y le sigo la pista desde el primer día que abrieron puertas. Lo bueno es que es comerç de proximitat y lo malo eran las referencias dispares que poseía antes de dejarme caer por ahí. Por un lado me había llegado que aunque el servicio era mejorable, la cosa era bastante auténtica y no estaba nada mal. Por otro, el servicio se comía cualquier atisbo positivo tras haber sido demasiado lento en una cena reciente. Así, reservas y esperanzas.
El mundo del mexicano en Barcelona bulle a la espera de los Adrià y se nota. Nos gusta.

Hemos ido a probar la carta aunque podríamos haber hecho el menú del día. Recomendable porque está entre los 6-8€ y no tenía mala pinta. Pero si quieres probar cosas hay que arriesgar y es lo que hemos hecho. Entrantes y tacos para todos. Y ya saben, taco que cierra no es taco.
Los tacos tienen un precio alrededor de los 2-3€ dependiendo el tipo. A destacar que se piden individualmente y no en grupos de 3-4 como suele ser lo normal en otros locales. Seguramente sale algo más caro pero tienes mucha más libertad para pedir lo que quieras, como por ejemplo pedir todos los de la carta (no es que haya 30 tipos diferentes, no se crean). Junto a los tacos, unos cuantos entrantes entre los que destacan los totopos (nachos), guacamoles, frijoles o estas buenas bravas:

Estimables patatas bravas con salsa chipotle en su punto que le da el toque picante, evidentemente, que necesitan. A mejorar tal vez la textura de la patata en exceso blanda para mi gusto, aunque en su punto de fritura externa. Las prefiero algo más contundentes, pero recomendables.
También hemos compartido estos nachos del Rancho, que se diferencian de los "normales" porque llevan carne arrachera (tipo de corte de la carne de ternera, entraña si lo prefieren). Visto lo que después vimos con los tacos, demasiada carne. Mejor tal vez sin carne. Estimables totopos caseros, como las tortillas, mucho más crujientes que los nachos industriales para entendernos. Un platazo sin paliativos. Menos queso de lo que nos gustaría pero picos de gallo, jalapeños, guacamole y fondo frijolero. Muy bien.
 Con estos entrantes no hacían falta muchos más tacos. Contundentes.
No sé como se podría decir en Mexico pero nos hemos puesto las botas. Por eso de segundo un par de tacos por persona. Todo carne, de pollo, ternera o cerdo. Y sí, aunque el taco de pollo no tenía un aspecto muy logrado la realidad es que el sabor y la textura que es lo que importa han estado a la altura.
Para mi el taco Pastor, de cerdo adobado y el Barbacoa con ternera desmigada en salsa. Éste segundo ha sido el ganador, sin duda. Melosidad y textura.
 El Pirata, con toque vegetariano (...) representado por ese aguacate sabroso y calórico. Y fondo de queso.
Como ven las tortillas son caseras y se parecen poco a las industriales. Son algo más insulsas pero qué carajo, las preferimos. Las hacen en un rincón de la cocina que tiene su cartel reivindicativo tipo "Aquí se hacen las tortillas".

 Como condimento las omnipresentes salsas a cada cual más picante.

Para ir cerrando: Tamarindo es una buena opción que aún está en rodaje y zarpando del DF. No es la octava maravilla del mundo pero por unos 12-13€ puedes hacer este menú como el que ven aquí y salir satisfecho. El local es pequeño, ruidoso y el servicio puede mejorar en eficencia, pero es muy amable y lo compensa.
Tamarindo irá a mejor pero ya tiene sus mesas llenas. 
Buena opción, alejada del hype y el caos de La Taquería (algo sobrevalorada?) y en local céntrico modernillo y aséptico que puede llegar a dar impresión de prefabricado.
Pero para volver a seguir probando tacos, cabrones.

SUCULENT. Sí al sucar lent.

$
0
0
SUCULENT, Rambla del Raval parte sur dirección puerto y frente al gatete de Botero. Barcelona.

Hoy no vengo a descubrirles nada. De hecho debería estar en otros menesteres así que no esperen un post excesivamente largo porque de todos modos sólo miran las fotos y lo saben.
Ayer domingo nos invitaron a disfrutar de Suculent (los suegros, no piensen estábamos esperando que algún evento gastrocanapero nos llevase hasta allí) y la verdad es que disfrutamos como pocas veces hemos disfrutado en las últimas horas.
Suculent es un proyecto de Carles Abellán, chef estrella de Comerç24 y Tapas24 entre otros (el cual nos dejó algo fríos un día que nos dejamos caer) y que dirige desde bastidores al tener a un chef joven solvente y de garantías como Antonio Romero en los fogones. Llego muy tarde a Suculent pero ya lo sé. No les voy a intentar vender esa moto de "descubrimiento en el Raval!" que suele llevarse por otros lares. Si no conoces Suculent no significa que otros muchos no lo hayan descubierto antes que tú. Que yo en este caso. Miren en blogs de verdad y verán de qué año son los posts...


En fin, que Suculent es la repera limonera confitada. Máxime si ustedes no pagan, cuenten con ello. No es que tengan que hacer un menú de 60€ pero si son de buen comer y beber. y cuento con ello, se van a ir a 30 fácilmente. Aprovechen una ocasión especial. De alguien.
Pero tampoco esperen un local de superlujo. Es una antigua bodega del barrio chino, reformada y remodelada con mucho gusto, pero no es Hisop o Gresca. Mesas de madera, rústicas, o taburetes incluso. Decoración mínima y muy cañí, no gustándome el detalle del capote, pero què hi farem.

Vamos a la comida.

Empezamos con unas ESPECTACULARES croquetas de rabo de vaca vieja y trompetas de la muerte. No puedo negar que sean caras, 2'5€ unidad, pero tampoco que sean de las mejores jamás probadas en la ciudad. Al punto de cremosidad y sabrosas como pocas hayan encontrado antes. Si en otro sitio les ofrecen congeladas a 1€ no pueden evitar éstas. Por favor. 
Otros optaron por la Ostra en ceviche. Pude catar simplemente la salsa y doy fe de que picante era un rato... La ostra, maravillosa. Sólo había que ver la cara de los comensales.
Mi primer plato, y el de dos comensales más, fue el MARAVILLOSO Ajoblanco con sardina ahumada y huevas de trucha. Reivindico, por favor, la sardina ahumada como comodín para todos los platos del mundo. Además como pueden ver en las fotos el emplatado es en la mesa y con su gracia. Muy bueno el ajoblanco al punto de ajo y con retrogusto (...) almendrero interesante, nada intenso. Hitazo de entrante.



Respecto a los segundos, Jurel en escabeche muy recomendable (sustituyó a la caballa que se había agotado ese día) con salsa para mojar durante un buen rato.
El ceviche de gambeta roja que provocó el delirio en buena parte de la afición:
El morro de bacalao, confitado a baja temperatura en aceite, con caracoles que también provocó satisfacción en otra parte de esa afición...y...
El maravilloso Rabo de vaca vieja con salsa de chocolate y minizanahorias...SIN PALABRAS. Obligado para todo carnívoro (y en un bocata??). Lo apuntado en la croqueta amplificado por 1000. Una carne al punto que se desmigaba (deshuesaba?) con solo mirarla y con una potencia de sabor inconmensurable. Una maravilla hecha plato en el que podías mojar hasta no dejar una gota. El único pero es precisamente el plato, el envase. Buena idea lo de la rusticidad de la olla, pero incómoda para meter el tenedor y trabajar la pieza cómodamente (y para que se vea algo en la foto). En todo caso, y como habrán imaginado no quedó un ápice de carne en ese rabo.  
Resumiendo, una opción muy buena si quieren disfrutar, comer bien, quedar bien y pasar un buen rato comiendo. Aplaudimos la opción botijo para el agua y lo reivindicamos también desde aquí. Menos electricidad y botellas de plástico y más botijo. Y más rabo de vaca. Y más ostras. Y más de todo un poco y sobre todo volver. Que faltan muchos platos que probar.
Sí a sucar lent - Sículent.

TRILOGÍA DE NUEVA YORK (+1): BAGELS.

$
0
0
Iniciamos el recorrido gastronómico del agosto en New York con el producto fetiche del blog, el BAGEL.
Llegarán después las entregas sobre hamburguesas y pastrami, dejando para el final otra más en la que recogeremos aquello que haya valido la pena y que no podía tener entrega propia por falta de más elementos de juicio. Ya irán viendo con el paso de los días. Lo que no puedo marcar es la periodicidad de los artículos, pero espero que en una semana ya hayan tenido tiempo de leer los cuatro y puedan haber hecho sus comentarios al respecto si así lo desean.
En estos artículos no les voy a hablar sobre lo acojonante que es NYC o lo mucho que merece la pena visitar Manhattan y Brooklyn. (No nos engañemos, nadie se pasa por el Bronx, Queens o Staten Island y lo saben). Aquello es el centro del mundo pero no les pretendo convencer de ello. 

A NYC fuimos con un par de ideas básicas, una de las cuales era comer todo lo que pudiésemos de aquello que teníamos marcado en una larga lista. Los días son finitos y no siempre pudimos comer aquello que queríamos. Al final pudimos degustar una docena de locales neoyorkinos con solera y nos damos por satisfechos. En ningún momento el objetivo era visitar restaurantes caros, modernos o de moda. No. Buscábamos la esencia del bocata, el comer por 15$, el pedir dentro y comer en la calle, la tradición hecha sandwich (lo verán en la entrada Pastrami especialmente) y ese tipo de cosas. No era la idea visitar cocinas estrelladas y no lo hicimos.
Creo haber comido un par de veces de cuchillo y tenedor pero la escasez de ello es algo que jamás nos avergonzará. Si tenemos manos, por qué no hacer uso de ellas.

Con estas consideraciones previas, vayamos a lo que nos interesa a todos. En esta humilde ruta bageliana vamos a visitar cuatro locales que valen la pena volver a pisar. Cada uno por algo en especial pero todos muy recomendables. Aclaremos una cosa respecto al bagel en NYC: no es un bocadillo barato como tal vez pudiesen pensar. No es que sea mucho más caro que comerlo en Barcelona en su forma sandwich, pero un bagel puede salir por unos 10-12$, así que no se sorprendan mucho si ven esos precios. Un precio justo a tenor de la contundencia del bocata. Y tengan en cuenta que 1$ no es 1€.

BROOKLYN BAGEL & COFFEE COMPANY. (8ª Av & 24/25)
 Animados por comentarios en blogs amigos y por su número 1 en la lista Eater NYC, el primer día nos dirigimos sin dilación hacia este pequeño local en la 8a Avenida. Como gran número de este tipo de locales, 6 mesas y mucho take away para infinita gente con prisa. Mucho caos para pedir ante la prisa de los trabajadores, el bullicio y el no saber bien del todo cómo funciona el tema. Decenas de tipos de cream cheese a escoger y rellenos variados que aún hoy no tengo claro cuáles eran. En todo caso íbamos a por el clásico cream cheese y salmón ahumado de Nueva Escocia. Lox on bagel. Para qué más.
 Uno para cada uno aunque si no son de mucho comer se puede compartir sin problema. Contundencia total, mucho relleno (en este caso cream cheese con pepino a la griega) y un bagel que pesaba medio kilo para redondear una gran experiencia bageliana. Vayan sí o sí.

 Agujeros mínimos en los bagels neoyorkinos...
BLACK SEED BAGELS (200 Vesey St. En CC al final de la calle y junto al Hudson)
El segundo local visitado fue algo especial. Situado en una especie de centro comercial de reciente inauguración y dedicado por entero a la comida (entre otras cosas pueden encontrar un Sprinkles cupcakes al lado) nos encontramos con una novedad en la ciudad. Ya conocido pero por pocos visitados. Su fama lo precede y lo tiene merecido. En esta visita nos desviamos un poco del salmón y probamos también la ensalada de atún y la de huevo. Sin duda la Egg salad fue la ganadora de la jornada. Bagels que pueden montar como quieran o bagels ya predefinidos si no quieren pensar demasiado en la carta. Precios algo más bajos y tamaño a juego. Un entorno diferente, sin alma ni tradición, pero una experiencia más que correcta a la que pueden llegar dando un paseo por el paseo del Hudson river de cara a New Jersey desde el Battery Park. Recomendado take away y a las praderas del paseo.

 Salmón en poppy seeds bagel.
 Egg salad bagel. Maravilloso. Un bocado exquisito.

 Tuna salad bagel. Mejorable contundencia en el sabor. Everything bagel.
DAVID'S BAGELS(1ª Av & 15)

El local más humilde de los cuatro visitados durante la estancia en Manhattan.
Me escapé una mañana que la familia estaba a otros menesteres y acabé en la 2a Avenida con la calle 2 tomando un zumo de naranja y otro bagel de salmón. El salmón de Nueva Escocia es un credo en NYC y somos devotos. Lo piden como Nova, directamente, que lo sepan por si no saben que es al llegar a alguno de estos locales. Un bagel humilde pero sabrosísimo. Servido tibio y crujiente, con el cream cheese que elijas (plain en este caso) y con una cantidad de salmón justa. Sin pasarse y en mesura. Cero glamour en el local, alguna mesa viejuna y mucho take away. Los locales de esta ciudad están diseñados para que no te sientes mucho. Toma el bagel y corre.

ESS-A-BAGEL(3ª Av & 51)

Por último pero no por orden de preferencia, el clásico local de bagels en zona de oficinas. Esto significa que durante la hora del desayuno/comida la cola de clientes sale a la calle. Hay que tenerlo en cuenta. Yo tuve que volver más tarde tras escaparme a hacer unas maravillosas fotos al no menos maravilloso Queensboro desde Riverview Terrace, escena de una mítica imagen de Woody Allen y Diane Keaton. Al volver la cola seguía pero había menguado, así que me quedé. 10 minutos después porque hay mucha gente atendiendo, accedí al mostrador. Publicitan un bagel con Nova, cream cheese, lechuga y tomate, así que me decidí por él. Y no fallé.
Tremendo, espectacular. No deja sitio para postre, ténganlo en cuenta. Tan lleno, que este bagel parecía no tener agujero... Las imágenes pueden engañar porque nos llevan a pensar que todo lo naranja es pescado, pero no, el tomate está infiltrado de forma muy sutil así que no crean todo lo ven. 12$ de bagel más que bien invertidos. Take away, coger un metro y a Central Park a comer. Superen eso.



El esplendor en la hierba (ya me entienden).


Consideraciones finales:
El bagel es uno de los bocadillos nacionales de Manhattan. Tradición judía y europea oriental, presente en todos sitios y en casi cada esquina de la ciudad. Miles de locales de los que hemos visitado 4 y conocido unos cuantos más, pero que evidentemente no tienen sitio en el post. Hemos dejado unos cuantos de la lista para la próxima visita.
Lo decía al principio, el bagel no es barato pero es una comida completa. 10-12$ y tienen hecha la comida o cena del día. No escatiman en producto y la palma se la llevan en BBCC y en Ess-a-bagel donde la experiencia puede dejarles exhaustos sin exagerar. Algo más minimalistas en Black Seed y David's. Si no tienen un hambre voraz, David's. Si quieren comer como Obelix, BBCC o Ess. Black Seed sería un intermedio que sacia pero no te hace rodar. A mi, ya suponen, me encanta rodar...
Tengan en cuenta que todos estos locales están diseñados para comprar y salir corriendo. Puede ser estresante si no van sobre aviso el tener que elegir el tipo de bagel, el relleno y el elemento principal una vez les toca y la fila de pacientes sufridores les presiona. Ideas claras y ánimo.
New York bien vale un bagel. O muchos.


PS: Gracias a los bloggers de cabecera que abrieron camino con sus crónicas previas!!

TRILOGÍA DE NUEVA YORK (+1): HAMBURGUESAS.

$
0
0
Seguimos con la segunda parte de las aventuras y dietario de lo acontecido en la capital del mundo. Esta vez nos dedicamos a uno de nuestros bocadillos favoritos y más veces posteado en el blog: la hamburguesa. 
EEUU es la Tierra de los valientes y las hamburguesas, así que como no podía ser de otra forma nos dedicamos en cuerpo y alma a encontrar algunos locales que valiesen la pena y pudieran ser objeto de visita y posterior veneración mesurada. Como en el anterior post, cuatro locales y cuatro espacios para engordar como los ángeles, hasta convertirnos en rollizos personajes alegres mofletudos. 

Vayamos a los locales. Por orden de visita y en ningún caso un ranking. Al final haré unos comentarios a modo de conclusión para intentar dilucidar cuál de ellos me pareció más interesante y digno de posteriores e hipotéticas visitas.
Antes de nada, agradecer a los contactos habituales sus sugerencias y buen hacer.

SHAKE SHACK - Diversas localizaciones
 El Rey de la hamburguesa moderna nos esperaba mucho antes de llegar a NY. Era una de las visitas más esperadas y recreadas mentalmente durante semanas antes de coger el avión. La obsesión Shake Shack, los nuevos Reyes Midas del mundillo y los gurús del hipsterismo fast foodero. Evidentemente fue una pequeña decepción.
No por la calidad de la hamburguesa, que estaba bien, pero es que estaba bien. No me repito, sólo describo. Estaba bien, no era espectacular ni creo que valiese la cola que tuvimos que hacer y que tienen en la foto de arriba. Además de la cola, la espera hasta que llega tu turno y te avisan con esta especie de "busca" noventero hormonado. Total, de rápido poco y no es un restaurante, así que algo falla en el concepto. Es la mcdonalización de la teórica calidad del fast food. Igual mueren de éxito. O igual perduran en la eternidad. 

 Sus hamburguesas son buenas, sabrosas y jugosas. Pero son pequeñas! Demasiado. Para que nos entendamos, son del tamaño de una cheeseburger del McDonald's o tal vez algo más. Pero poco. Es decir, que se disfrutan en unos segundos y se acabó. Y toda esa espera se desvanece como lágrimas en la lluvia. Una pena que no se estiren algo más, la verdad, porque la buena pinta y el sabor lo tienen. Pero el hype mató la experiencia.

 Por dentro la salsa era muy buena. Picante con sus chiles y hamburguesa hecha en su punto.
Siento el desenfoque pero intuyen y entienden el concepto de la burger que tienen delante.
 El Grilled Cheese es baratuno pero es que es un pan de molde con queso a la parrilla. Sin más. Recomendado para niños hartos de carne.
 Las patatas eran considerablemente pintonas aunque les fallaba la textura. Básicamente porque habían estado hechas demasiado tiempo y se notaba ese tacto algo gomoso. Pero la pinta, maravillosa. Y en realidad no estaban tan mal.
 BAREBURGER - Diversas localizaciones
 Aquí, un restaurante de hamburguesas. De los de verdad. Con sus mesas, sillas, carta amplísima, infinitas combinaciones y mucha tranquilidad. Apuntados al rollo orgánico (en auge en todo el mundo y de gran calado en los States), Bareburger fue una experiencia maravillosa.
 Decoración cuidada, atención maravillosa, sin aglomeraciones... 
 Y ante todo, su hamburguesa, en este caso una Supreme. La acompañé con un batido de vainilla tipo peli americana en un diner que era un escándalo. Tamaño XL, vaso metálico para mantener el frío y un sabor increíble a la altura de cualquier helado top de Barcelona y alrededores.
No pedí acompañamiento para la hamburguesa porque ya venía incorporado. En efecto, el bocadillo venía con 3 aros de cebolla tamaño gigante y que eran una maravilla absoluta. Contundentes, en su punto, rebozado nada grasiento y cebolla de verdad tal como rezaba la carta. Ven dos coronando la hamburguesa y otro más en el interior. Maravilloso.

La hamburguesa, tremenda en sí misma. Créanme que ésta sí que era una hamburguesa como para hacer cola por ella. Otro concepto, otro nivel.
Bajo el aro interior, un poco de bacon ahumado y Colby Jack, un queso americano que quedaba genial en la combinación. 

Me gusta la filosofía del sitio, me gusta su hamburguesa y me gustas tú.
 CORNER BISTRO - West 4th & Jane St
 Al parecer Corner Bistro es una institución en NY. Fui doblemente recomendado, desde Barcelona pero también me hablaron de él en la ciudad al preguntar a unos amigos dónde debería ir de visita. Tan conocido es que fue el último lugar donde se vio con vida a Philipp Seymour Hoffman antes de morir por sobredosis según me contaron por ahí... Vaya, un sitio de fama.
Es un local con una gran tele donde ver deportes y una carta que se limita a tres o cuatro tipos de burger. Cheeseburger, normal, con bacon y poco más. Bueno sí, la que elegí yo y que me dejó algo frío... Sólo tienen que ver la foto de aquí.

 Una Chiliburger diferente a lo que esperaba. Tras esa montaña de chili y queso, una hamburguesa abierta con su pan y todo. Para comer con tenedor. Con tenedor!!! Un escándalo, lo sé. Pero la verdad es que la hamburguesa estaba espectacular de sabor y al punto. Pero eso de comer frijoles con tenedor sobre mi carne no fue una buena idea. Una lástima porque era calidad.
Después, las otras elecciones: una hamburguesa normal con bacon y una cheeseburger de toda la vida. Maravillas simples. Sencillas, minimalistas, plato de plástico, no se cobra con tarjeta. Una muy buena elección en local mítico, a pesar de esa lechuga.


 FIVE GUYS BURGERS AND FRIES - Diversas localizaciones
 Y aquí mi número dos de la lista previa al viaje a ninguna parte y a todas en NYC: Five Guys Burgers and Fries. Otra institución de la comida guarrera americana prototípica. Una maravilla, vaya. Aquí no engañan con modernidad impostada ni discursos conceptuales. Aquí hay hamburguesas y patatas en un local blanquirrojo que sí parece un McDonald's o similar. Sin problema. Aquí sabes a lo que vienes y lo tienes claro. Y no les voy a esconder que tras salir del local empecé a notar cómo me subía el colesterol. Literalmente, ahogándome junto a Union Square en una agradable noche de agosto.
En Five Guys las patatas eran de Idaho el día de autos o de la zona que marquen en la pizarra al fondo del local. Y son la repera. Pinta, sabor, textura (para el nivel de un fast food, aclaro).

 En Five Guys te sirven la hamburguesa en un papel de plata. Sin más. Ni packaging ni hostias. ¿Quién se va a quejar al Departamento de Medio Ambiente si éste existiera? 
 En Five Guys no pides bebida. Pides tamaño. Y al fondo del local está la máquina de tus sueños de la bebida. Primero porque vas a poder rellenar el vaso las veces que quieras (o al menos la gente lo hacía y yo lo copié), y segundo porque si quieres una simple Coca Cola puedes elegir entre normal, Diet, Zero, Vanilla, Cherry, Orange, Lemon y un largo etc. Sí, cada bebida con 8 variables. Y hay como 20 bebidas diferentes. El paraíso de la Bag in Box y el jarabe de Coca Cola. Elegí Vanilla Coke como debe ser.
 En Five Guys la hamburguesa normal lleva dos hamburguesas y son 1000 calorías. Sí, si no te fijas bien en el menú y pides la normal, vienen dos hamburguesas. Si quieres una, pide la Little burger. Le llaman Little a la normal, supera eso. Y puedes pedir online y te la llevan a casa. Y el queso es una guarrada maravillosa que se pega a todos sitios. 
 Son unos Willy Wonkas hamburgueseros del S.XXI. Y salí encantado porque era lo que buscaba en un local así.


Conclusiones:
El mundo de la hamburguesa neoyorkina no supera la escena barcelonesa. Hay una variedad infinita pero para comer buenas hamburguesas no hace falta cruzar el Atlántico, tal como sí sucede en otros segmentos del mundo del bocata. Podrán encontrar más tipos, más bebidas, más variedad, lo que sea, pero al final, la hamburguesa como experiencia y en mi humilde opinión ha alcanzado en Barcelona un nivel más que respetable. Eso sí, en el subgrupo de la guarriburger nos ganan por mucho con su infinidad de variables y oferta.
Una curiosidad de este mundo del bocata neoyorkino es que hay una ley que obliga a los establecimientos con más de un local en la ciudad poner junto al bocadillo sus calorías. Ayuda a elegir (...) por rara que sea la normativa. (¿Por qué no en todos los locales?)
Sobre los locales en sí creo que ya han quedado claras mis preferencias. En el lado de la hamburguesa con clase, de mesa y mantel, Bareburger merecía otra visita. En el mundo de la guarriburger, Shake Shack mola mucho por sus locales y ese rollo, pero disfruté como un gorrino extremeño mucho más en Five Guys. No es tan molón y no es más barato que Shake, pero si buscas una hamburguesa guarril en NYC, ves a Five Guys y suda colesterol a gusto. No te será difícil encontrar uno, debe haber decenas de ellos en Manhattan. 
Larguísima vida al bocata americano por excelencia. 

TRILOGÍA DE NUEVA YORK (+1): PASTRAMI.

$
0
0
Tercera hoja del Diario. Tercera entrega del Dietario de un bloguero en Nueva York. Tercer post sobre la Ciudad que jamás deja de oler a comida.
En la tercera ocasión, la apoteosis. Para otros, el Apocalipsis.

Es seguramente la entrada más sorprendente y espectacular. Una entrada sobre raciones de proporciones bíblicas y exageradas tal cual es la Ciudad de la que hablamos y nos sentimos parte. El exceso y la Gloria, el éxtasis de ese gran desconocido pero miembro de la familia como es el Pastrami. No toca hoy hablar del producto y sí de lo que conlleva el mismo. El imaginario colectivo nos sitúa el bocadillo de pastrami en las películas de mafiosos italianos. Nos lleva en demasiadas ocasiones a pensar en el origen italiano del producto, pero nada más lejos. Esa ternera ahumada, prensada y especiada viene de esa maravillosa Europa Oriental que nos es tan cercana y que tanto desconocemos. No es hasta que la cultura gastronómica europea, principalmente judía, se traslada a Nueva York a través de infinitas migraciones, que empezamos a vislumbrar su grandeza. Y nos llega gracias a Hollywood o a la HBO. Y empezamos a tener ganas de probar esa delicia. Y poco a poco vamos llegando a él; a una versión, no al original, porque llegar a lo que van a ver aquí es tarea imposible por ahora.

Les traigo un par de muestras del pastrami neoyorkino tradicional. No hubo una tercera porque fue imposible entrar al Carnegie Deli por culpa de unos turistas borregueros que se agolpaban en la puerta (…) pero ya nos hicimos a la idea de la magnitud de la maravilla con estas dos visitas. Dos clásicos, aunque uno mucho más conocido y visitado que el otro. Un error, en mi opinión, como suele pasar.

2n AVE DELI(33rd St & 3rd Av)
Este deli es un clásico. Seguramente la marca más auténtica que queda en NYC.
Hace 8 años en una anterior visita a la ciudad nos encontramos con que el 2n Ave estaba cerrado. A saber; les habían subido el alquiler y no podían seguir pagando el arrendamiento en la 2a Avenida. ¿Les suena? Pero la ciudad no podía permitirse el lujo de perder el local judío con más encanto de Manhattan, y recientemente han abierto en esta nueva localización. Éste es un local punto de encuentro de intelectuales, artistas y gentes de bien de la ciudad, que toda la vida y de generación en generación han pasado buscando un pastrami de calidad superior que jamás defrauda. Deli de rancio abolengo y garantía.

Un icono histórico, memoria viva de la ciudad. Restaurante, cafetería, charcutería. Todo en uno.
Como pueden comprobar en la carta el pastrami no es un producto barato. Menos aún en un local con esta solera, y el sandwich puede salir por cerca de 20$, pero qué sandwich...
Al principio te ponen un poco de coleslaw y pepinillos como entrante, cortesía. Pero veníamos con hambre y no conocíamos aún el bocadillo en sí... Así que pedimos otro clásico judío askenazí como es la knish o potato knish. Una especie de relleno de puré de patata que se hace al horno y que pueden encontrar en versiones mucho más humildes en puestos callejeros por la ciudad. Aquí, con su mostaza y su cuchillo que llega así tal cual a la mesa.
Y aquí el magno sandwich de pastrami. Tal cual, sin artificios y que deben multiplicar por dos puesto que aquí sólo ven la mitad del mismo... Maravilloso. Un pastrami increíble, suave, sabroso, nada pesado y que como ven viene en abundancia. No se respira miseria, no. Pan a mejorar.
Aquí junto al otro bocadillo pedido. El Kosher Club, por encima de los 20$ al llevar pastrami de ternera y cantidades ingentes de pavo. Muy fácil de gestionar con las manos como pueden imaginar.
Como suponen hay que vaciar un poco el sandwich para poder agarrarlo con fuerza, y eso sí, una vez agarrado ya no se escapa.
Detalle de un pastrami muy diferente al que encontraremos en el siguiente y mucho más popular local. Cada uno debe tener su receta propia. Para que se hagan una idea, el pastrami se sirve caliente, como carne que es, y no es en absoluto un fiambre/embutido frío cuando lo pides en estos locales.
Aquí el Kosher Club triple sandwich. Maravilloso, aunque se podría mejorar un poco la sequedad del pavo. Porque compararlo con el divino pastrami es obsceno.
A remarcar también en la experiencia la simpatía del manager del local, que te hace sentir como en casa, rodeado de neoyorkinos de verdad comiendo pastrami de verdad.

KATZ'S DELICATESSEN (East Houston & Ludlow)
Muchos días después, evidentemente, llegamos al mundialmente conocido Katz's Deli. Otro mundo, otro concepto; el Disneyland del pastrami neoyorkino por culpa de Meg Ryan, su orgasmo fingido y el empanado de Billy Crystal. Un local tamaño XXL, una cola para pedir XXL y un sistema de tickets para poder salir del local algo extraño. Te dan un ticket en blanco y lo llevas al mostrador, donde te anotarán lo pedido. Al salir se entrega y se paga. Pero todo el mundo recibe uno y aunque no lo utilices porque vas con alguien tienes que entregarlo al salir. Vigila no lo pierdas!! Al parecer, si pasa, hay problemas y multa. Se ponen muy duros... Así, ya entras un poco de lado. Por suerte, se come de forma espectacular...
Katz's es una experiencia bastante brutal y no se puede negar. Un festival en toda regla. Sandwiches alrededor de los 20$ como en el anterior local (algo más caro) y raciones XXL en el Templo del Pastrami por antonomasia. Si van no pueden salir decepcionados por lo que coman. Tal vez por el precio, tal vez por la aglomeración, pero la experiencia vale la pena.
Este pastrami, a diferencia del 2n Ave, es algo más grueso y carnoso. Una maravilla carnívora con su exterior chamuscado por el proceso de ahumado que dura horas y que realizan en el mismo local.
Y como pueden ver en la foto, diferencias. En esta ocasión pedimos un Reuben, con Corned Beef que es similar al Pastrami pero sin ahumar y con menos especias. Para que me entiendan es como esa ternera que se añadía en el cocido y que era tan jugosa, desmigándose al tocarla... Pues eso, en un bocadillo. Cómo sabe esta gente.
Se le añade queso, col fermentada (chucrut) y una especie de russian dressing y listos. Una maravilla total, sabrosa, espectacular. No se puede pesar pero estos bocatas deben pesar cerca de medio kilo cada uno. Dos mitades, ideal compartir. O llevarse las sobras en un doggie bag como hicimos, por supuesto.
Bocadillazos, sin más. Eso es una falda y no las mini.
Holocausto caníbal total. Si tiene buena pinta, que la tiene y no lo nieguen, en boca es aún mejor. Una bestialidad entre pan de centeno. Tan bestia que hasta el sandwich de Tuna salad es gigante... Otra maravilla, más sana, supongo que la otra.

 Para beber, agua del grifo, como mandan los cánones newyorkers y la economía de guerrilla del turista de medio pelo. Estética kitsch y ni rastro de Meg Ryan y Billy Crystal, por suerte.

Conclusión:
Dos bestias del Pastrami. Un cuerpo a cuerpo de vacas sagradas de varias toneladas que acaban en un bocadillo como pocos en el mundo. Es difícil dilucidar dónde se debería ir si visitan NYC para comer pastrami. Por mi parte, y lo siento por los fans, si tuviese otra oportunidad y tuviese que elegir preferiría la humildad y autenticidad pausada del 2nd Ave antes que la locura turistera de Katz's. Maravillosos los dos, pero existe una especie de jerarquía inexplicable de uno sobre el otro. Debe ser la ausencia de turistas y la presencia de clientes que cada semana se pasan a desayunar por el 2nd Ave. Larga vida a los dos, ahorren para esos bocatas y no se los pierdan.
 
EXPERIENCIAS con mayúsculas. Por el pastrami uno se podría plantear volver a NYC. No haría falta nada más.



PS: Ya queda el bonus de NYC. No sufran, esto ya se acaba.

EPÍLOGO NEOYORKINO. Pizza, postre y Williamsburg.

$
0
0
El final. Epílogo y cierre. Muerte metafórica en NYC. Por el bien de todos al haberse comenzado a avistar por estos lares a curiosos personajes que van gritando "pastrami, pastrami!!" a meros trozos de jamón dulce. Llegamos a obsesiones que no son sanas y no hay que hacer el ridículo por muy acostumbrados que estemos.

Hoy un recorrido de miscelánea por una maravillosa pizza en el Village, un cheesecake de categoría superior y una visita a la cuna del hipsterismo más cool en Brooklyn.

JOHN'S OF BLEECKER STREET (278 Bleecker St.)
Sabes que no vas a fallar en una elección tan importante como comerte una buena pizza en NYC cuando vas con un nombre en la agenda y nada más llegar allí los nativos algonquines de Nueva Amsterdam te indican como primera opción la que tú llevas grabada a fuego en tu Moleskine. Así que sólo era cuestión de tiempo pasarnos a ver a John.
John's es un local histórico que lleva abierto desde 1929 como ven en la foto de arriba y que mantiene prácticamente intacta la decoración desde entonces. Entras y ves como las paredes del local están marcadas a cuchillo o navaja como verán en una foto posterior. Si buscan bien podrían encontrar una declaración de amor de un Jet a una Shark o la firma de Danny Zuko y sus colegas. Tal cual.
La pizza de John en el Village es muy fina pero crujiente. No es del tipo napolitana como les conté en Zouk, fina y maleable, sino que optan por una masa realmente muy firme que es una delicia. El borde es algo más grueso pero no es del tipo panadero Pizza Hut.
 Esa textura crujiente y firme la hace mucho más sabrosa en mi opinión. Si luego le pones meatballs, albóndigas, qué te voy a contar.
Optamos por dos pizzas diferentes que eran tres tipos de sabores. En una, la clásica margarita. En la otra, más grande, mitad con anchoas y mitad con albóndigas. Un escándalo, una maravilla.
 Al punto de cocción, maestros. Uno no sirve pizzas que son reconocidas durante generaciones en la ciudad sin saber hacer las cosas.
 Visión aérea de la maravilla. Las sirven en una especie de plataforma para que puedas mantenerlas en la mesa pero elevadas, para no molestar al plato. Las pizzas salen a unos 20€ más o menos.
 Aquí visión parcial de la pared del local, que podría ser un callejón del Bronx. A mencionar que en la zona del WC tienen una colección de fotos con celebrities añejas de la época dorada del local imaginamos, como Vanilla Ice o algún miembro de The Legion of Doom, de lo que aquí conocíamos como Pressing Catch... Maravilloso kitsch neoyorkino.
 CHEESECAKE. CARNEGIE DELI (854 7th Ave, zona Central Park)
Homenaje y agradecimiento a mi buena amiga Annits. De ella surgió en una conversación cruzada con Letibop la obligación de pasar por el Carnegie Deli a comer...pastrami. Pero ya era demasiado tras las visitas que ya han visto aunque nos recomendó a la vez el Cheesecake del local. Lo diremos claro: el Carnegie es un deli tipo Katz's, lleno hasta la bandera, pero esos locales no son del tipo Rambla. Se come de maravilla y la tarta de queso fue un escandalazo de los que marcan época. Dejo para el final la foto que contesta a la pregunta clásica sobre el precio...
El cheesecake del Carnegie es seguramente el mejor que yo haya catado jamás. De un tamaño descomunal y un peso aún más descomunal, sirvió para tres, sí tres, sesiones frente a él. Comerse semejante mastodonte de una sentada hubiese sido contraproducente de cara a futuras visitas que aún nos quedaban en la ciudad... Vaya que la OMS recomienda no tomar más de una porción al semestre ante posibles problemas de salud derivados de lo mismo.
 Esto no es el Carnegie como imaginan. Ante la infinita cola en la puerta del local me limité a entrar para pedir una porción para llevar y la degusté lujuriosamente en la soledad del apartamento.
 Tal vez no se vea bien, pero es una porción MACIZA. A peso debe ser más de medio kilo, seguro.
 Y aquí la respuesta a la pregunta anteriormente formulada:
 Yo no sabía lo que me iba a costar. Pensé que era un atraco al pagar y me pareció una gran RCP al acabar la ración dos días después.

MARLOW & SONS, WILLIAMSBURG (81 Broadway, Brooklyn)
 La modernidad; el centro del mundo. Un paseo por Williamsburg improvisado, sin referencias. El puente y la orilla del East River. Allá, sorpresas. Un barrio poco parecido al que había imaginado, con calles algo desiertas, dormidas, pero salpicadas de locales hipercool para gente muy guapa. Pedimos consejo a los gurús conocidos en NYC y nos dieron unos cuántos nombres, dos de ellos pared con pared, del mismo propietario. The Diner y Marlow & Sons. El primero en un antiguo diner cincuentero. Un espacio mínimo y una carta de desayuno/brunch (era domingo) muy limitada. El segundo, más violanesco e interesante en su carta. Menos espera para poder comer nos decidieron a entrar aquí y Marlow se portó muy bien.
 Eliminamos el bagel como opción y fuimos a algo menos tratado en el viaje. Ostras y langosta. Evidentemente a precios asequibles, incluso baratos en el caso de las ostras. Empezamos con la artesana de rigor, IPA Founders en este caso. (Siento las fotos pero el local era oscuro y no utilizo flash jamás)
 Las ostras muy correctas. Ración de 6, tamaño M-L. Muy jugosas y frescas. Condimentos varios.
 El lobster roll con langosta de Maine, Nueva Inglaterra, muy sabroso gracias a una carne muy jugosa. No era un bocadillo al uso, más bien un soporte para los trozos de langosta. Se acompañaba con patatas fritas de bolsa. Todo muy cool, ya ven.

 La otra opción fue el Biscuit (panecillo, no bizcocho) con queso y bacon, sin huevo. Por la cara de minibagel no estaba nada mal.
 La verdad es que no recuerdo el precio pero tal vez rondara los $45. Cervezas, ostras, langosta, no se puede pedir mucho más. Sí, más cantidad, pero eso no queda de moderno. Fue una experiencia más que positiva en uno de los locales famosos del barrio. Al menos de los que tienen cierta solera. Funciona también como tienda deli e imprimen su propia revista sobre el barrio. Mo-der-nos.
 El detalle de la mesa, ya saben. Dime qué mesas tienes en el local y te diré qué pretendes. Y el servicio, simpático como siempre en NYC.

Con esta entrada sobre todo un poco acabamos la serie neoyorkina. Esto no pretendía enseñarles cómo es NYC porque si no van no lo van a saber a través de estos posts. Hay quevivirlo y hay que comerlo. New York bien vale un estómago nuevo.
Espero que les hayan gustado estas entradas y las hayan disfrutado al menos un poco. La intención era traer unas cuantas fotos que valiesen la pena y les gustaran y espero haberlo conseguido (no por las últimas...). La idea es que los posts les puedan servir por si un día viajan a esa increíble ciudad o conocen a alguien que lo haga. Que miren, comparen y decidan. 
Para mi ha sido un placer vivir New York e intentar reflejar algo de ella en el blog. Me consta que las entradas han tenido una buena acogida y se lo agradezco a todos. 
Hasta pronto, ya en Barcelona.

CAN RAVELL. Esmorzars de forquilla que se desayunan un brunch sin despeinarse.

$
0
0
CAN RAVELL, Aragó cantonada Girona, Barcelona, ciutat de la forquilla a les 10 del matí.

Hace unos años se puso de moda de forma desigual en la intensidad y el éxito lo que se conoce como brunch. Aprovechando el desconocimiento tanto en platos que lo conforman como en el calendario para practicarlo fueron proliferando locales de mayor o menor gracia y talento para alegría de los seguidores de Sexo en Nueva York y aprendices de neoyorkinos entre los que nos encontramos. Pero ya está bien. Su tiempo ya pasó y debemos prestar atención a la modernidad bien entendida. La tradición. Por eso ya pasamos del brunch con anabolizantes en forma de euros y vamos a lo nuestro: l'esmorzar de forquilla.

Se le llama esmorzar y podría ser perfectamente una comida; pero ingerida a las 10:30h para empezar bien el día, incluso con café de por medio. Al gusto de cada uno. Nosotros preferimos un vino o una buena cerveza, no nos engañemos. El día de autos, ya lejos, nos dirigimos a despedir el verano a uno de los templos barceloneses que ha dado de comer a generaciones de tragones sin parangón que gustan del buen producto y no están para chorradas. Can Ravell es un clásico eterno desde 1929. Con solera y una cierta fama los últimos años de haber aumentado precios (¿oferta-demanda-fama internacional?) tenía el temor de que al final me decepcionara por algún motivo, pero puedo asegurar que no, que el desayuno salió a 30€ por cabeza bien completo y muy a gusto. Lo bueno es que después te ahorras una comida a no ser que seas la reencarnación de André el Gigante.

Alrededor de una mesa de mármol nos reunimos para el festín y lo que surgiera. Y emergió un desayuno de emperadores persas pre-alejandrinos en forma de platos tradicionales catalanes o del mundo porque lo importante es participar y comer lo que sea pero con clase y buen gusto. Aunque entonces no sé si vuelvo a estar de acuerdo con el brunch o no. Un drama.

Empezamos compartiendo varios platos como éstos: Canelones de sempre, com mana el espíritu de Bonaventura Carles Aribau. Reinaxença i catalanitat!! Con permiso italiano, pero ya me entienden. Gran calidad, muy sabrosos y bechamel en su justa medida, sin tener que buscar el canelón en un océano blanco.

Junto a los canelones, unos maravillosos calamares rellenos. De carne, claro. Una salsa potente para poder aprovechar mojando mucho y bien el pan tras dar buena cuenta del cefalópodo a la kinder.
Y para el final la orgía de colesterol clásica que nunca falta en estos desayunos diseñados para ir a la montaña con las vacas después con fuerza: huevos con patatas y foie. No te digo nada y te lo digo todo. Escandaloso. Una pena que fuese para compartir entre muchos y nos tocase poca cantidad por persona aunque viendo el foie no diese esa impresión. Se podría desayunar simplemente esto y de hecho hay gente que visita Can Ravell especialmente por este plato. Merece la pena si son ustedes unos #huevosfritosconfoiehunters.
Visión global del ágape sardanapálico.
De postre, un correcto tiramisú, una crema catalana muy interesante por la propuesta y una torrija de la que no hay foto que fue la campeona de la serie postril. Acabando por todo lo alto un desayuno de alto nivel, por la ejecución del mismo y por los comensales que eran lo mejor de cada casa.

Can Ravell tiene historia y un futuro más que asegurado. 
Lo recomiendo al menos para ir a darse un homenaje una vez al año porque ya ven que no es un local para ir cada semana, ni por precio ni por salud. Nuestra doctora acabaría por decretarnos una dieta Monzó y no es plan a estas alturas.

BLITZ. Hey ho, let's go eat some of the best sandwiches in the city.

$
0
0
BLITZ, Pl.Urquinaona, Barcelona Sandwichtown junto a Chinatown.
Hay gente en esta ciudad que trabaja bien y con clase. Hay gente que tiene el don de saber tocar esa tecla necesaria para triunfar. Gente que propone cosas que inexplicablemente no se proponían antes de su llegada o se hacía de forma más torticera o sin gracia. Y de forma comprensible les va bien, porque se lo trabajan.
Es el caso de la sandwicheria que hoy les traigo y que pertenece al mismo grupo que la hamburguesería Oval, seguramente el local de hamburguesas más fotografiado de la ciudad; por la comida y por el local en sí. Gusto, clase. BLITZ es diferente en muchos sentidos aunque mantiene el espíritu del grupo. Local minimalista, mucha madera como elemento decorativo y grandes bocadillos. De hecho, muy grandes a todos los niveles.
Blitz pretende conquistarte a base de sandwiches XL de sabor contundente y con exceso de queso fundido como nos gusta. Sandwiches entre los 5 y 7€ de diversos tipos como tienen aquí debajo.
Alguien podrá decir que hacer bocadillos no tiene mucha dificultad y que no puede ser tan difícil triunfar ofreciéndolos, pero como semiexperto bocadillero en busca de piezas BBB no puedo estar de acuerdo. Hay mucho bocata mediocre a precio de oro y mucha mística con locales de bocatas muy slow y orgánicos que te cobran demasiado por trozos de pan con cosas que poco tienen que ver con la foto promocional. Aquí no. Pagas (menos que en los locales místicos) y te llevas un bocadillo de verdad; pan de molde de categoría alejado de cutreces industriales que se deshacen en las manos. No. Firmeza. Y finezza.
Además como ven aquí encima pueden saborear algunas cervezas clásicas como la mítica Punk IPA de Brewdog que les puede servir como introducción a la cerveza artesana. Pero sólo si quieren. Comentar que en Blitz también pueden encontrar vermut de Casa Mariol. Que no falte de nada y que puedan ir a tomar el sol a esa esquina el sábado o domingo mientras practican el noble arte del vermut con patatas. (Aunque la terraza tenga que ser como manda la normativa del Ajuntament, de color aluminio como si de un camping de la Costa Dorada se tratase)
Blitz fue abierto prácticamente de un día para otro al pillar al vuelo el traspaso del anterior bar sito allí, con lo que los inicios fueron difíciles y prácticamente clandestinos. Ahora ya no. Yo llegué de los últimos de Barcelona y éste ya debe ser el penúltimo post sobre ellos así que no creo que les sorprenda nada lo que van a ver aquí. Básicamente porno duro entre rebanadas de pan de molde.
Sandwich de ROAST BEEF en mayúsculas. Amo y muero por este tipo de cheddar que intenta escapar de su destino. Debajo, el ínclito PASTRAMI para que los que lo siguen buscando lo puedan encontrar sin problema. Aquí lo tienen y del bueno! Maravilloso. Qué suntuosidad tan insultante. Sí, es un sandwich pero puede ser digno de calificativos y memeces como las de la vanguardia que no es negocio. 
Como curiosidad que aplaudimos, todos los sandwiches pueden ser pedidos con SEITAN para convertirlos en vegetarianos, que no veganos. Muy bien. Así algunos no se perderán la fiesta que se les niega en otros sitios. Dignidad vegetariana.
Cada sandwich son dos piezas triangulares como las de toda la vida pero sin Nocilla (o Nutella que ahora hace más de postmoderno por alguna razón). Dan para quedar más que satisfechos con el bocado. Es realmente contundente y eso nos encanta. Somos unos burrazos que vamos a los sitios a disfrutar comiendo lo que sea. Sin discriminación. Nos da lo mismo un caviar ruso de contrabando que un bocata. Aunque por alguna razón tendemos a repetir más veces lo de los bocatas que lo del caviar. En todo caso si este sandwich espectacular y la bebida te sale por menos de 10€ y quedas satisfecho qué más se puede pedir... Pues tal vez otro, para llevar a casa y cenar lo mismo.
Nos encanta Oval y nos encanta Blitz. Nos gusta la gente que trabaja de forma honesta y duramente para conseguir que estas orgías gastronómicas acaben en satisfacción total y placentera. 
Larga vida al sandwich de calidad y con clase que viene a pelear por el trono de mejor sandwich de la ciudad. 
No sé qué hacen que no han salido ya por la puerta y siguen leyendo estas chorradas acerca de bocatas y dignidad.


LA RAMONA. Menú de calidad (y sin referencias a Esteso).

$
0
0
LA RAMONA, Roger von Blume 262 casi esquina Còrsega, Barcelona.

Esta entrada va tarde. Tarde porque mi buen amigo Alberto ya les ha hablado en su blog de referencia de nuestra visita a este outsider eixamplero durante la pasada semana. Un #paellahunters en toda regla en humilde bar de mucho interés y muy buena cocina que necesita y merece más difusión. Y porque hace días que no actualizaba y ésta era una buena excusa, qué carajo.

La Ramona es un bonito y moderno bar que captó nuestra atención cuando incorporó a su staff a una buena amiga del blog y mejor cocinera como es Maria de Margarides i Albercocs. Una garantía en la cocina como pueden observar en su más que impresionante currículum... Pues en La Ramona, con un humilde menú y mucho talento se lo pueden pasar más que bien. Local de barrio con cocina de pretensiones más que realistas e interesantes. Menú cambiante a diario por unos 11€ comprometido con la temporada y el mercado. 

Empecé el ágape con una coca de recapte versión sardinaless que no puedo decir que no me impresionara. No esperaba, sinceramente, algo tan sabroso. El gusto es la clave, y aún sin sardina era muy potente. Un tomate escalivado junto a un pimiento de categoría sobre una base al punto de cocción que se debería pedir a diario. Un lujo de plato.


 De segundo, el arroz. Maravilloso arroz con rovellons, rossinyols y morcilla que se nos quedó corto por lo poderoso del mismo. Imaginar un plato XL con este arroz es morir de amor arrocero. Una base sabrosa en el caldo utilizado para la cocción y uso de productos de calidad acaban resultando un más que recomendable plato para cualquier día, aún sin ser jueves. Repetiríamos sin dudarlo.
 De postre, un lujoso brownie con extra de nueces y que estaba en su punto. Es decir, no estaba ni seco ni crudo como puede llegar a pasar por ahí. La mano de la pastelera... Se nota cuando se sabe cómo se hacen las cosas.
Al buen hacer en la cocina se le suma la simpatía de las socias propietarias regentes managers del local. A ver, que somos buena gente y nos tratan bien porque nos lo merecemos bastante, pero nunca está de más que el servicio sea agradable per se y que la experiencia sea completamente positiva.
Un menú de calidad para el barrio, con pretensiones pero sin ser pretencioso y en buenas manos. Garantía. Larga vida a la Ramona.

CRÓNICAS CARNÍVORAS. REVISITANDO CLÁSICOS.

$
0
0
Post recurrente ante la absoluta inferioridad reconocida en poder seguir la estela de los coolhunters de esta ciudad. Imposible seguir un ritmo como el que acostumbran grandes blogueros que descubren locales cada día. Literalmente. Imposible competir en el descubrimiento del local de moda que abre porque cada día cierran dos y abren 5 nuevos. Además, nos tiran los clásicos y cuando tenemos que decidir dónde gastarnos cuatro duros nos decantamos por lo conocido y por los conocidos que se merecen nuestra atención. Gente de costumbres, tal vez discutibles, pero nuestras.

Hoy les recopilo tres experiencias en locales ya comentados en el blog que han tenido lugar durante las últimas dos semanas: BIERCAB, BBURGER Y BARDENI
Lo mejor de cada casa, experiencias brutalísimas carnívoras al cien por cien. 


  • BIERCAB.
Ya tienen nuestras experiencias en el blog y en muchísima mayor cantidad en Twitter cuando hacemos nuestra visita semanal. Allí se beben de las mejores cervezas de la ciudad y sin duda se preocupan por tener una cocina de alto nivel. Y como no sólo de ceviches y bravas se vive, en la última ocasión nos decantamos por un espectacular plato de huevos revueltos con patatas y morcilla. ¿Qué más se puede añadir a este descarnado espectáculo?





  • bBURGER BARCELONA.
Son de nuestros preferidos aunque a los del Time Out les haya costado enterarse de que había mejores hamburguesas en la ciudad que las del Peggy Sue. Pero bueno teniendo en cuenta que en su lista de las mejores hamburguesas hace unos meses tenían locales que no eran hamburgueserías tampoco se podía esperar mucho más. 
Lo que hace esta gente, simpatiquísima, en este pequeño local de la calle Aragó es puro espectáculo carnívoro con todas las letras. Incluso vegano al tener unas de las mejores bravas que se pueden comer en esta ciudad. Pero hemos venido a hablar de carne y aquí tienen la tríada escogida en nuestra última y triunfante visita.
La Dalí con foie y cebolla que es poesia en movimiento en slow motion.

 La Gaudí con sus espárragos y champiñones como opción sanísima y que a mi que convalidaría como ensalada. Crema de queso de cabra a un lado.
 Y la Bronx como opción clásica a lo Whopper con su tomate, lechuga y pepinillo. Aunque coronada con un huevazo maravilloso hecho al punto que da un juego que ni Xavi en sus mejores momentos al inicio de esta década. Todo muy brutalísimo y no lo pueden negar.


  • BARDENI.
Barra de carne o Meatbar ya visitada junto a Caldeni donde se sirven unos platillos que te reconcilian con tu lado carnívoro si en algún momento tienes un momento de crisis existencial vegetariana. Ya les hablamos de él pero lo reiteramos: su steak tartar a 8€ es de lo mejor que vas a encontrar en esta ciudad si gustas del placer de la carne marinada semi o totalmente cruda, más o menos picante. Maravilloso sin pero alguno. No sé a qué esperan a darse este homenaje.

 El Taco mexicano de cerdo cocinado durante horas interminables es melosidad en estado purísimo. Dos tacazos de carne bien prieta y bien puesta, bocados de placer total sabroso y sin aspavientos. Buena carne, buen trato y un niño encantado de la visita a Bardeni.
 Cap i tripa con huevo escalfado como fetiche absoluto. No puedo evitar pedir la casquería y mojar pan como un casquibano hambriento. Celestial.
 Y la sorpresa de la jornada. Tomen nota de esta nueva tendencia que nos llega: la albóndiga como producto gourmet. Luego no se hagan los sorprendidos al ver cómo triunfa. En Madrid ya tienen locales especializados en los que se hace cola como si de un cronut se tratase. Parece mentira pero por fin en Madrid tienen algo interesante que ofrecer además de El Prado y el Rayo Vallecano. 
En Bardeni trabajan la carne como poca gente en estos barrios y lo vuelven a demostrar con un plato en el que crean un mar i muntanya de libro con unas sepietas tiernas como pocas veces encuentras. 
Qué calidad, qué salsa y qué gozo en el pozo de los pecados.

Acabamos porque no se puede aguantar este ritmo. El festival de la carne está aquí y se lo mostramos. Que no decaiga, al menos antes de hacerse vegetarianos como algún día haremos nosotros. Palabra.
Viewing all 85 articles
Browse latest View live